Su estructura tiene una longitud de 100 metros y se eleva sobre 140 metros de altura, en una zona que destaca por su belleza paisajística.
Por Fabián Pizarro
China siempre sorprende. Siempre. Esta vez es a través de la arquitectura. Se trata del puente Ruyi, en Taizhou, provincia de Zhejiang, al este de China. Es tan espectacular que, incluso, en un primer momento, se creyó que podía ser una imagen hecha por ordenador.
A pesar del coronavirus, se estima que más de 200 mil personas ya han recorrido su estructura. Estas cifras destacan el potencial turístico de la construcción.
El puente, cuya forma recuerda a la del ADN, pero, en realidad, está inspirado en el ruyi: un cetro ornamental y ondulado de jade que en el folclore chino simboliza la buena suerte. Su estructura tiene una longitud de 100 metros y se eleva sobre 140 metros de altura, en una zona que destaca por su belleza paisajística.
Respecto a su estructura, está compuesta por tres puentes ondulantes no aptos para personas que sufran vértigo. Cabe destacar que, un puente más pequeño de suelo de vidrio une los dos apéndices laterales. Desde ahí, si uno mira hacia abajo, se tiene la misma sensación de estar volando.
El puente Ruyi lo diseñó He Yunchang, experto en estructuras de acero que formó parte del equipo encargado del estadio principal de los Juegos Olímpicos de Pekín en 2008.
Aunque este puente es increíble, lejos está del tamaño del puente de cristal más largo del mundo, ubicado también en China, en la provincia de Guangdong. Tiene una longitud de 526,14 metros y está suspendido a una altitud de 201 metros.
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